No quieras parecerme, mi muñeco,
un pájaro de trapo,
muñeco de colores blanco y negro,
muñeco oscuro y albo,
aquel con quién jugaba por las noches
entre el olor a campo,
no quieras parecerme, mi muñeco,
un juguete barato.
Pues fuiste compañero de escapadas
durante tantos años,
guardaste mis secretos más remotos
y estuviste a mi lado
en todos los momentos que la vida
nos iba dibujando,
allí estabas muñeco, protegiendo,
en silencio mis pasos.
Tus ojos nacarados sin mirada,
tu mirada sin marco,
y esa boca cosida que sonríe
y acaba suspirando.
Ese eres tu muñeco, mi muñeco,
mi amigo más sagrado,
compañero de tiempos y aventuras,
amigo y hasta hermano.
No quieras parecerme, mi muñeco,
un pájaro de trapo,
que siempre serás parte de mi historia
muñequito adorado,
aquel con su vestido de colores
y rostro de payaso.
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