En este mundo extraño
en el que nos movemos,
somos el fácil blanco
de tanta crispación,
amamos por costumbre
y por hacer, hacemos,
igual que respiramos
por simple intuición.
Cada paso que damos
es un paso medido,
cada frase es un lema
aprendido anteayer,
miramos a los otros
como desconocidos
y apenas nos preocupa
del otro quién es quién.
En este mundo loco
donde todo es rutina,
donde el reloj nos dicta
como hemos de vivir,
dejamos sentimientos
perdidos al olvido,
y solo nos movemos
sin ser y sin sentir.
Nos dicen que soñamos,
nos dicen que comemos,
como hemos de vestirnos
o que hemos de pensar,
nos hacen marionetas,
tal vez simples muñecos,
y manejan los hilos
de nuestra intimidad.
En este mundo absurdo
debemos rebelarnos,
querer ser solo hombres
sin más limitación,
que importa lo que digan,
dejemos lo aprendido
y vamos a entregarnos
a nuestro propio yo.
Hagamos otro mundo
con nuestras propias normas
sin que la vida sea
todo comparación,
y empecemos de nuevo
que es todo más hermoso
siendo todos distintos
sin una distinción.
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