Por una mentira...
nos vendimos como Judas
lo hizo por treinta monedas.
Seres ingratos...
muerte, desolación, frío,
compases de una quimera
sin música en este entierro
y la traición que nos mata.
Batallas contra el amor
y amores con desengaños.
¿Que más da?
Si no queda ya ni campo,
ni sueños, ni una palabra...
Tu mirada
y ese vacio hueco que denuncia
esta traición anunciada
y ese final permanente.
Somos como dos extraños
fundidos en un deseo
sobre el helado colchón
que se convirtió en un mundo
plagado de abismos.
Por una mentira...
destrozamos lo que era
y dejamos los retazos
que ya no pueden pegarse;
Silencio...
deja que escuche el silencio
mientras nos llega la espera.
Tal vez podamos empezar de nuevo.
Mientras tanto llora,
llora como un cobarde,
que esta cobarde que amas
nunca volverá a volar
más allá de este universo.
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