El alma pura que en dolor se borra
como un vientre que virgen se delata,
se retuerce en sus sombras inventando caricias
y sueños que se llenan de oscuras esperanzas.
Quiere jugar a ser, quizas , lo que no ha sido
y mendiga caricias en las calles mojadas,
mientras sigue perdiendo la sonrisa en la noche
que sin estrellas brilla en medio de la nada.
Su pureza infinita es eterno castigo,
en un cuerpo vendido en mercados sin magia,
puede ser que algún día se de cuenta que el tiempo
entre sus manos frías sin historia lo atrapa.
Y será para siempre ese siempre que oscila,
ese gato que pardo se asoma a la ventana,
en una bruma oscura de oquedad y silencios
que va extendiendo un puente más allá de las aguas.
Ese es el alma pura que le grito a la aurora
intentando alejarse de la cruel madrugada,
y escucho su respuesta que desde el infinito
le gritaba sin fuerzas..."tu camina y aguanta".
Todos tenemos algo escondido en el fondo,
algo de esa pureza que revienta o escapa,
más tal vez no sabemos que entre todas las cosas
es el alma más pura la que menos aguanta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario